Decir si un niño tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDA-H) es un proceso secuenciado. No hay un único examen para diagnosticar el TDA-H y hay muchos otros problemas, como la ansiedad, la depresión y ciertos tipos de trastornos del aprendizaje, que pueden presentar síntomas similares.
Si le preocupa que un niño pueda tener TDA-H, el primer paso es hablar con un profesional de atención médica para averiguar si los síntomas corresponden con el diagnóstico. El diagnóstico puede ser hecho por un profesional de salud mental, como un Psicólogo o un Psiquiatra, o un pediatra.

Criterios del DSM-5 para el TDA-H
Las personas con TDA-H muestran un patrón persistente de falta de atención o hiperactividad/impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo:
Falta de atención: Seis o más síntomas de falta de atención para niños de hasta 16 años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de edad o más y adultos.
Los síntomas de falta de atención han estado presentes durante al menos 6 meses y son inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona:
Habitualmente no logra prestar adecuada atención a los detalles o comete errores por descuido en las actividades escolares, en el trabajo o en otras actividades.
Constantemente tiene problemas para mantener la atención en tareas o actividades recreativas.
frecuentemente pareciera que no escucha cuando se le habla directamente.
Generalmente no cumple las instrucciones y no logra completar las actividades escolares, las tareas del hogar o las responsabilidades del lugar de trabajo (pierde la concentración, se desvía).
seguido tiene problemas para organizar tareas y actividades.
en muchas ocasiones evita, le disgustan o se niega a hacer tareas que requieren realizar un esfuerzo mental durante un periodo prolongado (como las actividades o las tareas escolares).
Asiduamente pierde cosas necesarias para las tareas y actividades (materiales escolares, lápices, libros, herramientas, billeteras, llaves, papeles, anteojos, teléfonos celulares).
Continuamente se distrae con facilidad.
fácilmente se olvida de las cosas durante las actividades diarias.
Hiperactividad e impulsividad: Seis o más síntomas de hiperactividad/impulsividad para niños de hasta 16 años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de edad o más y adultos.

Los síntomas de hiperactividad/impulsividad han estado presentes durante al menos 6 meses al punto que son perjudiciales e inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona:
constantemente se mueve nerviosamente o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento.
Usualmente deja su asiento en situaciones en las que se espera que se quede sentado.
con frecuencia corre o trepa en situaciones en las que no es adecuado (en adolescentes o adultos puede limitarse a una sensación de inquietud).
A menudo no puede jugar o participar en actividades recreativas de manera tranquila.
repetidamente se encuentra “en movimiento” y actúa como si “lo impulsara un motor”.
habitualmente habla de manera excesiva.
A menudo suelta una respuesta antes de que se termine la pregunta.
con mucha frecuencia le cuesta esperar su turno.
es recurrente en interrumpir a otros o se entromete (se mete en conversaciones o juegos).
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